Por Raquel Caballero
“Dominar a otros es fuerza. Dominarse a uno mismo es poder” Lao Tzu
Esta es una gran reflexión que nos aporta uno de los grandes filósofos de la civilización china y que nos ofrece una gran pista sobre hacia dónde debemos construir nuestro liderazgo como personas emprendedoras.
Más allá de los estilos de liderazgo que existen, los puntos clave que marcarán la diferencia en tu propio estilo son dos: los valores constructivos y el liderazgo en red.
¿Cómo lograr tener unos VALORES CONSTRUCTIVOS y desarrollar un LIDERAZGO EN RED?
1. Valores constructivos
La primera clave está en tener unos VALORES constructivos. Los valores de nuestro liderazgo serán los que nos aportarán la diferencia. Tener “poder” no te otorga liderazgo, sino únicamente autoridad. Es necesario que el líder cuente con unos valores propios que sean compartidos con los del equipo y la sociedad.
Los valores los vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida y los desarrollaremos a través del AUTOLIDERAZGO. Hazte estas preguntas:
-¿Cómo gestionas los conflictos que tienes contigo mismo?
-¿Qué tal llevas la gestión de tus emociones?
-¿Qué cosas haces para salir adelante frente a las dificultades que llegan a tu vida?
-¿Cómo te relacionas con tu grupo de amigos?
Si tus valores son constructivos, te será muy útil para poder ayudar a tu equipo a salir de situaciones difíciles. Sabrás cambiar tu liderazgo tan rápido te sea posible hacia uno más RESONANTE dónde tu equipo se sentirá más implicado, integrado y motivado en el proyecto.
Tus valores constructivos generarán un ambiente dónde sus miembros se sientan seguros y gracias a ello las personas que integren el proyecto podrán aportar lo mejor de sí mismos.
2. Liderazgo en red
Las jerarquías en el liderazgo, heredadas de los años 80-90, ya no funcionan. El mundo está conectado en RED y ya no se concibe de otra manera, por ello es necesario saber darle respuesta y no quedarnos atrás.
Un Liderazgo en RED lo podrás adquirir poniendo en práctica el Liderazgo Resonante, dónde no existe la visión de poder, sino que esta se difumina entre todos las personas que integren el proyecto. ¿Por qué sucede esto? Porque todas y cada una de ellas son importantes para el proyecto: fomentar el trabajo en equipo y la equidad de género. El rol de liderazgo no es de una única persona, sino de muchas a la vez, aunque siempre exista una figura con mayor responsabilidad, cuya misión será principalmente dar la cara, sobre todo en los momentos difíciles. Fomentar la práctica del “trabajo por proyectos” hace crecer el liderazgo resonante.
Esto no significa que no aparecerán los conflictos, ¡somos humanos, es lógico que haya!, aunque se tratarán de manera constructiva y con una gestión que favorecerá que tanto las personas que lo tengan como la empresa aprendan de él y crezcan juntos.